El problema del contenido de cal en el agua es posiblemente la causa que mayores molestias causa entre los usuarios y los equipos o electrodomésticos que funcionan con este líquido vital, los lavavajillas generalmente acumulan estos restos de cal y bajo ciertas condiciones no será suficiente el hecho de agregar sal para deshacerte de esta cal en exceso. Es allí donde debes de conocer el modo correcto de ajustar el descalsificador y así lograr que tu lavavajillas pueda hacer frente a este nivel de rudeza y ofrecerte el mejor rendimiento mientras logra al mismo tiempo una limpieza interna de todas las partes involucradas con el agua.
La limpieza del lavavajillas permite que pueda funcionar de un modo top, pero para eliminar o minimizar al máximo la acumulación de esta cal, la cual es dañina tanto en el aspecto estético como en los posibles daños que puede causar a la estructura interna y a las partes del equipo, lo que efectivamente hará que la vida útil del mismo y su desempeño se vean acortados y ralentizados. Así que si, ¿no sabes cómo ajustarlo? Presta atención porque a continuación te explicamos al detalle el método recomendado por la OCU para que puedas acondicionar de forma correcta el agua antes de comenzar a utilizar el lavavajillas.
El sistema descalcificador y su funcionamiento
Todos los equipos de lavavajillas incorporan de fábrica un sistema “descalcificador” el cual funciona ablandando el agua y evitando de este modo todos los problemas del agua dura. Esta agua “dura” indica que se encuentran muchas sales minerales disueltas; sobre todo calcio, magnesio o bicarbonato de sodio. Esta agua dura es rica en cal, la cual deja incrustaciones por donde circula (tuberías) y mucho más si se trata de agua caliente, como es el caso concreto de los lavavajillas.
Estas acumulaciones de cal y otros minerales corroen los circuitos y reducen la eficiencia de los equipos, manteniéndose como una medida estándar que por cada milímetro (1 mm) acumulado de cal en las tuberías, la eficiencia se verá reducida en un 10 %. Además la cal interfiere con la acción de los detergentes al disminuir la eficacia de los surfactantes, obligando a emplear mayor cantidad de agentes limpiadores y logrando que las vajillas finalicen con residuos de suciedad.
Este sistema está conformado por un recipiente en la base del lavavajillas y que contiene unas esferas de resina (llamadas zeolitas), las cuales se encargan del intercambio de cationes de calcio y magnesio (responsables de la dureza del agua) por cationes de sodio. El sodio es un elemento que se disuelve muy bien en el agua y por lo tanto, no permite residuos ni crea incrustaciones que entorpezcan el lavado. Estas esferas tienen un tiempo de vida y al saturarse pierden la eficacia de capturar cationes de calcio, por lo que es necesario regenerarlas.
Esto es posible haciendo pasar sal diluida en agua (una perfecta fuente de cationes de sodio) a través del descalcificador, es decir; un proceso inverso al normal y así lograr una limpieza de las esferas de resina o zeolitas. Esta es la razón por la cual los lavavajillas incluyen un recipiente que debes llenar de sal, recuerda que lo ideal es utilizar sal especial porque la sal común tiene muchas impurezas que podrían dañar tu lavavajillas.
Así se ajusta el descalcificador del lavavajillas según la OCU
El dato exacto sobre la dureza del agua puede proporcionártelo la empresa encargada del abastecimiento de aguas de tu localidad, por lo que podrás comunicarte con ellos, ya sea vía telefónica o mediante su sitio web oficial. La dureza del agua se mide en °F, este cálculo se lleva a cabo en dependencia de la cantidad de carbonato cálcico que contenga el agua. Por ejemplo, un agua que contenga 60 mg de carbonato cálcico por litro tendrá una dureza de 6 grados franceses y es posible clasificarla de modo sencillo mediante la siguiente escala.
- Agua blanda: Menos de 12 °F.
- Agua medianamente dura: Entre 12 y 30 °F.
- Agua dura: Entre 30 y 40 °F.
- Agua muy dura: Más de 40 °F.
Ahora que conoces la dureza del agua que empleas puedes perfectamente proceder a los correctivos y al ajuste del descalcificador del lavavajilla, este se lleva a cabo pulsando ciertas combinaciones de teclas que debes consultar en el manual de instrucciones de tu sistema de lavavajillas y dependerá de la marca y del modelo. Algunos modelos permiten este ajuste de forma manual. Tendrás que retirar el cesto inferior para lograr acceso a la zona del descalcificador y allí notaras que existe una escala.
Para las instrucciones puedes mirarlas en el manual o ir directamente a la web del fabricante donde es sumamente sencillo ubicarlas y descargarlas. A continuación se muestran un par de ejemplos para que puedas hacerte una idea sobre como ajustar el descalcificador de los lavavajillas según las recomendaciones de la OCU.
1. Lavavajillas de la marca Bosch
Deberás de pulsar el botón de “encendido” y seguidamente el de “lavado rápido” y el de “inicio”, aparecerán en la pantalla los valores por defecto y podrás hacer las modificaciones respectivas con los botones + Y -. En las instrucciones visualizarás el ajuste necesario en dependencia de la dureza del agua que estés utilizando.
2. Lavavajillas de la marca Electrolux
Igualmente la marca Electrolux incluye un sistema de pre ajuste de fábrica que te proporciona una calibración promedio, por lo que evidentemente si quieres mejorar el rendimiento deberás de proceder a la verificación de la dureza del agua que utilizas y seguidamente lograr los ajustes necesarios, siempre basándote en el manual de usuario y el nivel de descalcificación recomendado por la casa fabricante.
Limpieza y ajuste del descalsificador para mejorar el rendimiento
Una vez que hayas ajustado pertinentemente el rango de trabajo del descalcificador en dependencia de la dureza del agua, simplemente quedaras a espera de reponer la sal, cuando el lavavajillas te lo indique, recuerda usar un embudo para reponer la sal faltante y limpiar la acumulada en el fondo en caso de presentarte algún derrame.
La OCU además te recalca que todos los lavavajillas están programados de fábrica para manejar una dureza de agua promedio, por lo que es importante que este ajuste lo hagas lo más rápido posible y así evitar posibles daños a la estructura del aparato y para que este pueda ofrecerte el 100 % de su desempeño, lo que se traducirá en vajillas y platos muy limpios y con el máximo ahorro de agua.